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La Soledad no Deseada y las personas mayores

 

¿En qué consiste?:

Básicamente consiste en la percepción de las personas mayores, especialmente las que residen solas, de que no cuentan con ayudas suficientes para sus cuidados o con las personas que puedan ayudarles en sus necesidades.

Es lógico que en estos tiempos de confinamiento, oficial y/o voluntario esta sensación se agudice.

Por si sola la Soledad No Deseada no consiste en una enfermedad, pero está estrechamente vinculada a algunas como la depresión, trastornos de ansiedad y otras patalogias. Es por tanto un estado anímico que puede tener consecuencias graves para la salud y por tanto debe ser un objetivo prioritario respecto de la atención a las personas en edad avanzada que residen solas.

 

SND o Soledad No Deseada: ¿Qué podemos hacer?.

A la Soledad No Deseada se le puede dar respuesta. Aquí van algunas propuestas para cuando volvamos a una situación sin tantas restricciones como la actual:

  1. Actualiza tu vida: Adecúa tus actividades a tu situación tratando de huir del estrés habitual. Si eres una persona mayor trata de organizarte para disponer del tiempo para tí y realizar nuevas tareas que se ajusten a tu estado. Hay muchas oportunidades que en cuanto volvamos a una situación sin restricciones puedes explorar: Escuelas de adultos, matricularte en los cursos para mayores en la Universidad, voluntariado en asociaciones, recursos en entidades para mejorar tu memoria y la capacidad cognitiva, aprender pintura, dibujo, música… todo menos encerrarte en casa.
  2. Establece horarios para distribuir las actividades de manera que te cunda el día y cúmplelos. Lo peor que se puede hacer es abandonarse y quedarse en la cama, dejando pasar el tiempo.
  3. Realiza las comidas, (todas) a las horas adecuadas. No te saltes los momentos de  «coger fuerzas» que se puede producir si solo comes «cuando sientas hambre». Una falta adecuada de alimentos puede generar efectos negativos.
  4. Marca tus ritmos de la manera correcta. Haz una lista de cosas pendientes y acomételas. Nada de abandonarse delante del televisor a pasar horas perdidas.
  5. Manten las actividades diarias, limpiando, ordenando, (siempre que te sea físicamente posible). Haz tareas que te distraigan.
  6. No te dediques simplemente a pasar el tiempo. Busca tareas y actividades que tengan sentido para tu vida.
  7. Haz pequeños cambios en tu día a día. Busca recursos culturales gratuitos, aunque no haya nadie que te acompañe a verlos. La relación con la soledad tiene mucho que ver con nuestra actitud hacia ella. Vivir solo no implica vivir en soledad.