COVID y personas mayores en residencias
COVID y Personas Mayores en residencias: ¿Para cuando una Ley Integral de Derechos de las Personas Mayores?
Sacramento Pinazo es una institución no solo en la Comunidad Valenciana, donde es profesora en la Universidad de Valencia, presidenta de la Sociedad Valenciana de Geriatría y Gerontología desde 2015, sino en todo el Estado español. Recientemente ha intervenido en el Senado español a petición de los senadores para hablar de la situación de las personas mayores.
Acaba de publicar un artículo muy interesante en el Consejo Superior de Investigaciónes Científicas, sobre la situación de las personas mayores que se encuentran en el sistema de residencias de la «tercera edad», (expresión que habrá que trabajar tarde o temprano), y el efecto en sus vidas de la COVID.
En el mismo plantea que si bien el aislamiento y confinamiento de nuestros mayores ha salvado vidas, no siempre se ha llevado a cabo atendiendo a sus necesidades y que incluso se ha producido una vulneración de sus derechos y una limitación de sus libertades.
Considerados como de «alto riesgo» durante la pandemia, los Centros Residenciales de personas mayores, debido a que son espacios en los que se dan una serie de características: Son espacios cerrados, con mucha afluencia de personas, y un contacto estrecho entre ellas.
Según comenta Sacramento, «En las residencias, el aislamiento, el distanciamiento físico entre personas, la prohibición de visitas de familiares, y de paseos rutinarios y salidas impactan directamente en aspectos físicos, emocionales y sociales muy relevantes para la salud de las personas mayores, relacionándose con un aumento de sentimientos de soledad, miedo (miedo al contagio, a la enfermedad, a la muerte y al aislamiento social) o desamparo y en los índices de depresión y ansiedad.
Las residencias son un recurso necesario que cuida en España a 380.000 personas, en 5.500 residencias repartidas por todo el territorio nacional. En concreto, se ofrecen 4,2 plazas por cada 100 personas mayores. […] ¿Qué ha sucedido durante la pandemia? Pues que los centros residenciales no tienen los recursos para hacer frente a una pandemia, ni tienen a los profesionales sanitarios ni los edificios son hospitales. Porque no son centros sanitarios. Son espacios de convivencia y las normas que regulan su creación y funcionamiento, así como las actividades que se realizan en el interior a diario, son las de un lugar de vida.»
La características mencionadas en las residencias, han producido bajo la presión de la pandemia que se establecieran medidas que han vulnerado en general sus derechos y libertades. La mayor parte de las personas de edad avanzada que residen en dichos centros presentan problemas de salud física, cognitiva, funcional o una mezcla de ellas. Esto provocó que «Muchas de las personas no podían comprender lo que estaba sucediendo, y muchos no entendían o no recordaban a cada momento las medidas de prevención de la transmisión de la infección (distancia física, higiene de manos…), o no reconocían a los profesionales del cuidado por llevar EPI, mascarillas y gorros…, o les cambiaron a los profesionales a los que conocían.»
Entre los efectos mencionados del confinamiento, se señala «un mayor deterioro del estado cognitivo, físico, funcional y afectivo de las personas que viven en los centros residenciales«. Es más: «Durante estos meses de pandemia, la discriminación a los mayores o con enfermedad de Alzheimer les ha llevado a no recibir los tratamientos adecuados. El no tener derecho a recibir unos cuidados dignos sitúa a las personas en un lugar “aparte” en la sociedad, como ciudadanos de tercera clase. Las personas que enferman en un centro residencial tienen derecho a la atención sanitaria pública y gratuita por su condición de ciudadanos, tanto en la atención primaria de salud como en la especializada. No es admisible que sean privados de este derecho por su edad o por tener discapacidad o dependencia.»
El artículo plantea como reflexión final que es necesaria una reorganización de los Centros de mayores para adaptarlos a situaciones como la presente pandemia para garantizar un mayor bienestar de las personas usuarias. Reorganización que en palabras de Sacramento «es necesaria una estrategia de consenso nacional para el cuidado relacional y el buen trato de las personas que viven en residencias que asegure la dignidad en la última etapa de la vida, manteniendo en la medida de lo posible la voluntad manifestada por la persona mayor y el respeto.»
Son varias las voces de personas expertas en el envejecimento activo y saludable, que últimamente se están manifestando sobre la necesidad de una Ley Integral de Derechos de las Personas Mayores.
En INICIATIVA SOCIAL INTEGRAL sumamos nuestra voz a esta petición con la esperanza de que el alto precio que han pagado nuestros mayores bajo la situación de pandemia en sus residencias y en sus viviendas, sea el punto de inflexión que fomente la necesidad de una ley que recoja los derechos de las personas mayores a la vez que ayude a combatir el edadismo en nuestra sociedad, (la discriminación que se sufre por el simple hecho de tener una edad avanzada).
Agradecemos a la Profesora Sacramento Pinazo su autorización para poder comentar el artículo del CSIC: COPYRIGHT © 2021 FUNDACIÓN GENERAL CSIC. TODOS LOS DERECHOS RESERVADOS.